Olvidamos promesas y pronunciamos verdades caducas que muy pronto se convierten en mentiras perennes que duelen como puñales en el alma.
Entonces volvemos al eterno retorno, a volver perdurables historias que ya tuvieron su final. Y nos atamos de pies y manos a algo que perdió el sentido hace mucho tiempo.
Duele estar encadenado a lo que no tiene sentido
ResponderEliminarUn abrazo
Tendremos que aprender a deshacer ese tipo de nudos y seguir inventando presente.
ResponderEliminarSaludos, un placer leerte