jueves, 12 de septiembre de 2013


Me asusta el frio de tus ojos en los escaparates, siento que estás expectante a cada movimiento de mi anatomía. Pretendes buscarme pero ya hace tiempo que dejé de estar perdida.
Terminó la soledad des del momento que cerraste nuestra puerta, recuerdo que abrí la ventana para dejar marchar cada grito y reproche falto de amor . Des de aquel instante tus palabras dejaron de resonar en mí como bofetadas ardientes de odio.
Deja que vuelva a ser esa niña que es más mía que tuya, que no llora sino que ríe, que es noche y día … Mata si quieres el hastío de mi piel, mata todos nuestros besos, quema nuestras promesas que son más dueñas del viento que de nuestro pronombre.
Si quieres marchita tu primavera, pero deja el olor a hierba buena en mi piel .

Aleja tu maldad, deja de ser el vinagre sobre mis heridas que ya para eso me las lamo yo.

domingo, 21 de abril de 2013

Ímpetu


Deja que la suerte de los necios llegue a tiempo,
que mis miedos no sean más que habladurías.
No pidas todo aquello que no tengo,
no puedo ser tu sonrisa eterna ni aunque quiera.
Hoy te hablaré sobre el olor de las palabras y
seré algo más que un recuerdo de sábado tarde.
Te arrancaré esta noche las ganas de dormir,
leeré las ganas de tu piel y cruzaré desiertos de caricias.
No seré más aquella inocencia que te besaba la boca,
porque revolveré tus ideas y revolucionaré tus dogmas.
Seré el movimiento acelerado de tus caderas,
el ímpetu de vivir sin medidas,
la "petite mort"de la que hablaban los poetas.

martes, 19 de marzo de 2013

Cavilaciones

Hubo un tiempo en el que
tu y yo llenámos la
almohada de pájaros y atrapasueños.
Una vez cazámos nuves con un cazamariposas  y dimos la vuelta al mundo encima de las palabras.
Lloramos besos entre las piernas y caricias que destronaron versos amargos.
Luego ardieron los años en nuestro colchón de cenizas y fracasos.
Ahora no somos mas que medias tintas y sujetos desconocidos.

miércoles, 27 de febrero de 2013

A la persona que compartió conmigo trinchera

Déjame escribirte una vez más, y después otra y otra más hasta que no quede más tinta en el tintero. Hasta que no existan palabras para un febrero demasiado frío.
Deja que mis palabras te hagan el amor una vez más, acaricien las arrugas que surcan tu frente cuando estás preocupado y besen cada una de las cicatrices que solo yo conozco.
Háblame cerca de la oreja, de lugares que aún no conozco . Esta noche baila conmigo por primera vez en la trinchera de mi mente.


sábado, 19 de enero de 2013

Voz perdida

Recuerdas quienes fuimos? Ahora que me he quedado parada en el tiempo, puedo hablarte de tiempos mejores en los que la subida del mar no enturbiaba nuestros passos. Ahora ,puedo hablarte de lo estúpido que resultaba llorarte cada noche cerca de tu oído. De las veces que creímos ser incomprendidos y nos comparamos con amores impossibles de novela.  Cada estación era una despedida, besos robados y regusto salado a lágrimas sinceras después de un cálido regreso.
Ya no quiero pedir perdón por haber amado en inviernos que confundí con agosto, ni volver a recordar todas las promesas que quedaron vacias. Solo vengo a recordarte que cuides a la persona que tantas veces me robó el aliento.

miércoles, 16 de enero de 2013

Entre las sábanas de la tristeza es sencillo quedarse a vivir un poco más de la cuenta. De nada sirve esperar a una primavera que nunca llega. Es inútil apurar el paso cuando se trata de vivir anclado al pasado.
Hoy se fugaron de nuevo los milagros que trajo el viento, los vales a vidas mejores caducaron en el momento que tiré la toalla, derribando yo misma mi propia trinchera. Entonces rompo a llorar, dejo que marchen lágrimas que se sentían prisioneras.
Me voy de mi limitándome a sobrevivir, desafinando las cuerdas de un piano que nunca llegó a sonar como se esperaba. Huyo de toda esperanza conocida con el paso de los años.
Bajo mis abrazos no existe nada más que la soledad fría que congela todo el color verde o naranja de mi bandera.

jueves, 10 de enero de 2013

Suspiros demasiado densos

Desde que alguien se llevó consigo la primavera comprendí que no había miedo más grande que mi propia compañía.
Busqué entonces entre la soledad de los libros un guiño , una sola mota de polvo que me recordara algo que había olvidado hace tiempo. Pero las ganas de sentir se las llevó el viento de poniente junto a las lágrimas de estación.

miércoles, 9 de enero de 2013

Cambio de estación

Después de un largo abrir y cerrar de ojos el sol había hecho las maleta y las lágrimas manchaban un rostro que se apagaba por momentos.
Los veranos se deshacían a cada vocablo y los cometas que echamos fueron cazados junto a mariposas ensoñadas.
Mientras, marchaban cada uno de los colores de la musa que creaste para mí , yo moría por el miedo a tocarte, por marchitarte con un solo abrazo o  verso robado.
En ese momento en el que el sol se apagó juramos secar todos los mares y recoger todas las barcas para embotellarlas en una nuve de miedos, de cuerpos deshechos bajo la almohada...
Pero lo cierto es que nadie pudo verlo, nadie se inmutó del eclipse de luna en una mañana tan fría como las balas.