Hace tiempo que los domingos pasan como años
y no tengo noticias de los abriles que se marcharon incompletos.
Hace tiempo que mis ojos te hablan .
Hace tiempo que los tuyos no dicen nada.
Decidí saltar al vacío sin arnés y allí ya no estabas tu.
Ahora somos tu y yo sin rastro de nosotros.
Decidí guardar la caja de cenizas y todos nuestros juegos,
y tu tiraste de la manta dónde nos desnudamos.
No buscaré un culpable, ni aunque tú me lo pidas.
Quizás te eche de menos, quizás no vuelva a ver el cielo que le dio color a tus ojos,
ni los paisajes que me hablan de ti.
Pero nos recordaremos con la rabia precisa de una canción que ya no suena.