Me corté la melena una tarde en la que creí que era primavera,
me puse flores en el pelo y orquillas en los dedos,
fotografié tu pecho escuálido para nunca más verte,
sin embargo no me di cuenta que andaba del revés
que la escarcha dormía en mi cuello y me dolía el cuerpo.
Ardía el colchón, los sentimientos y todas las canciones que hablaban de amor.
Morían la promesas y caducaban los billetes de ida a Barcelona
yo lloraba a 800km de la dureza de tus palabras
pero a ti ni una mueca de dolor se te escapó.
Entonces no quedó más opción que abrir los ojos,
Tapar las humedades e independizarme de todos tus fantasmas.