Desde que alguien se llevó consigo la primavera comprendí que no había miedo más grande que mi propia compañía.
Busqué entonces entre la soledad de los libros un guiño , una sola mota de polvo que me recordara algo que había olvidado hace tiempo. Pero las ganas de sentir se las llevó el viento de poniente junto a las lágrimas de estación.