Ódiame, odia cada poro de mi piel
Arráncame la cabeza después de hacerme el amor,
Fóllame de forma repulsiva
Que no atisbe ningún matiz de indiferencia.
Rompe nuestro colchón, nuestro pasado
Grítale a la cara a ese gurú
que aún habla de futuros compartidos.
Quiebra cada candado que te unió a mi pasado
¡Quémalo, qué no quede nada!
Que se rasgue nuestra imagen en mil trocitos
Y nadie pueda juntarlos.
Que duela, que duela mi recuerdo
Que te sientas morir a cada pensamiento
Pero no me castigues con la indiferencia
Que mató al asno de Buridán.