Una vela que se apaga en una noche fría de diciembre, el humo de un cigarro que desaparece en el ambiente y una despedida en el velatorio es lo que enterraba en su razón.
Su bandera se había descolorido al contacto con las consecuencias , no era más que una niña perdida en una nube de responsabilidades y espectativas.
Enmudecía a cada sorbo que le daba al tiempo y su voz pasó a ser el silencio profundo de un desierto embotellado.
Estupendo texto e imagen!!!
ResponderEliminarabrazo