martes, 31 de julio de 2012

¿Dónde estás?


Silencio, silencio y más silencio. El paso del tiempo que marcha por la ventana abierta, una vieja libreta a la que le pesan los tachones y allí estás tu.
Veo tu cuerpo náufrago al borde de la soledad, por eso déjame decirte que no estás bien. Que te faltan besos y te sobran botellas. Que el invierno se alojó entre tus cejas helando el microclima de tus labios.
Perdiste tu olor entre unas sabanas sudadas. Agosto anidó en tu voz y ya nada queda de las libélulas que anidaban en tu pelo. A pesar de todo, tu recuerdo sigue en mí. La fragilidad de tu cuerpo sigue tatuada en mis manos y tu aire en mi conciencia. Supongo que tu veneno hizo mella en noches como esta. 

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