Su infancia transcurrió entre focos, escenarios, tacones altos y uñas postizas.

Su escuela era la pasarela, sus besos los dio entre bastidores y sus lágrimas eran de plástico.

Era consciente que muchas personas envidiaban su vida, pero nunca nadie le preguntó si era feliz. De hecho ni ella misma lo hizo.

Vivía al margen de sus sentimientos sin cuestionarse nada más que qué vestido llevar. Su compañero fiel se llamaba hastío .Su medicina, jimmy choo. Su primera lágrima se llamaba ginebra. Su primera botella era Veuve Clicquot. Pero verdaderamente, lo que nunca nadie supo es quién era realmente ella, nadie busco más allá de su rostro inocente y aniñado. Nadie descubrió aquel universo paralelo que se escondía tras sus labios...