Alguien me dijo que aguardara quieta en la habitación a la espera de la noche pero la casa prendió en llamas mientras me resignaba a observar el frío invierno detrás de unas cortinas, enteladas de melodías .
Aún así huí hacia la coda disimulando mi acento enamorado y deshaciéndome de algo que ya no soy.
Por eso dejaré de firmar acuerdos de divorcio, afirmando el comienzo de mi independencia. Pero por si algún día todo esto llega a abrumarme te diré que volveré a mudar de piel, periódicamente, hasta que encuentre mi sitio.