A veces observo cómo su ilusión se marchita, vistiéndolo de duda e impotencia. Otras lo recuerdo escuchando notas de piano que se hacían canción, con la vista cansada y el corazón arañándole el interior.
Esperó hasta el lunes para confesarme que sus días eran largos y las noches pasaban como años esperando ver aparecer aquella sombra que tantas veces lo besó .
En cambio yo tardé en comprender que se le escapaba el amor con aquella historia que él empezó a escribir hace más de dos aniversarios con tinta china en su memoria. Hoy acababa con un triste y solo punto final.
(Para alguien que le pregunta al tiempo)